martes, 1 de julio de 2014

El mejor verano de tu vida

Tal vez cuando leas esto pienses que estoy loca. Que te quedan muchas más épocas estivales como para afirmar que este será el mejor verano de tu vida. Pero créeme, he pasado por ese periodo, y por unos cuantos más, y cada vez estoy más segura de que como aquél, no habrá otro.
Has terminado el bachiller, has aprobado la PAU (antes selectividad, después, Dios dirá en qué se convierte) y puedes afirmar que un ciclo de tu vida ha acabado para siempre. Miras con cierto rencor los muros de contención de ese edificio que te ha retenido durante seis años, después pasarás por su lado con nostalgia. No te voy a mentir, la universidad no está nada mal, es distinta, allí eres más libre, pero en el instituto has crecido, has comenzado a ser tú, tu futuro tú, has sentado las bases del adulto en el que te convertirás, en lo bueno y en lo malo. Y dentro de unos años justificarás tus acciones por lo que viviste allí. Y me darás la razón, ya verás.
Como decía has cerrado una etapa. Y dispones de tres meses para saborear la libertad de no tener que preocuparte por nada en especial, de no pensar en qué harás en septiembre, de ser feliz y disfrutar. Nunca más tendrás la certeza de que, a pesar de que has roto con algo, un nuevo horizonte se abre para ti. Después hay que lucharlo todo, pelearlo con rabia. La ilusión ya es distinta, siempre estará tildada de responsabilidad, de deber. Primero un curso tras otro, y aunque no tengas que estudiar para septiembre, tú sabes que no has terminado, y ya no es lo mismo. Cuando por fin completes tu grado… eso ya es otro cantar.
En este momento recorren tu cabeza mil planes. Tantos que no conseguirás realizarlos todos, pero es la ilusión la que te guía, el deseo hipnótico de ser feliz, porque por fin tienes tiempo para dedicarlo a todo lo que has dejado de lado durante el curso. Ya no sientes el cansancio, estás cargado de energía, hambre de mundo, de salir todas las tardes, con la misma gente y haciendo lo de siempre. Y sí, eso es la encarnación más próxima de la felicidad.
Y qué decir de la amistad. Nunca sentirás unos lazos tan fuertes como los que has estrechado durante estos años. Los amigos de adolescencia son los más intensos, los que más gustan y los que más duelen. Habéis luchado juntos y lo habéis celebrado juntos, en Salou, cómo no. Tal vez, y sólo tal vez, esa unión que crees inquebrantable algún día se rompa irremediablemente para siempre. Y no te darás cuenta, aunque te parezca algo improbable e irremisible. Incluso es posible que ni te duela perder a esas personas. Pero este verano son TUS AMIGOS, con mayúsculas y estás orgulloso de ellos, porque son importantes para ti. Harás otros a lo largo de tu vida, puede que sean hasta mejores, pero la sensación de grupo que tienes ahora ya no será tan intensa, y, sobre todo, nunca la sentirás tan irrompible.

Y así es, créeme. El mejor verano de tu vida. Así que, hazme un favor: disfruta.

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