martes, 30 de enero de 2018

El gran showman: una oda a la diferencia

Hoy toca hacer una reseña de película. Hace un par de semanas fue al cine a ver El gran showman. El filme nos cuenta la historia de P. T. Barnum, su ascenso desde la nada hasta tocar el cielo con su espectáculo circense y cómo esta trayectoria afecta a su vida personal.
Como siempre hago, advierto que es un musical. Así que haters de este género, abstenerse.
La banda sonora es espectacular. Me encantó This is me. Aunque toda ella merece ser escuchada de principio a fin.
La historia, la trama, es pequeñita, pero suficiente para conmovernos si encontramos el sentido de lo que nos están contando.

Los talentosos artistas de Barnum

La primera lección que nos dan es que hay que perseguir los sueños, creer en uno mismo y apostar por aquello que nos llene. No rendirse. Y, sobre todo, que no hay que perder la humildad una vez que se llega a la cima. No hay que dejar de lado a quienes nos quieren, a los que nos apoyan en la lucha, ganemos o perdamos. Además, hay que hacer las cosas por uno mismo, no hay que demostrar nada a nadie excepto a uno mismo. Hay que llegar a donde se quiera llegar, no hasta donde los demás quieran que lleguemos.
Sin embargo, lo maravilloso de esta película es que es una oda a la diferencia. Algo tan necesario hoy en día, en un mundo en el que damos de lado al que no es como nosotros. Porque si algo tememos es lo que no conocemos. El desconocimiento genera odio. Y esto es lo que nos muestra El gran showman. Ojalá sirva para que algunos se vean en esos que quieren acabar con el circo simplemente porque los artistas no son como ellos, y se den vergüenza de sí mismos, vean lo ridículos que resultan, lo injusto de su actuación.
Este filme lleva por bandera la tolerancia. Qué bella palabra. Los artistas del circo de Barnum son un ejemplo. Algunos bestias no los ven como personas, los llaman monstruos. Y ellos aprenden a hacer de su diferencia su punto fuerte. Son maravillosos.
Efron y Zendaya
Otro aspecto que me ha gustado es que aquí se pone la familia el amor por encima de todo, algo que no es muy habitual hoy en día. De vez en cuando es bueno ver que alguien apuesta por el romanticismo, aunque sólo sea un poquito.
Visualmente es increíble, muy vistosa, lleno de color. El vestuario circense es impresionante. El espectáculo que se crea, te llena los sentidos.
Me sorprendió mucho el papel de Zack Efron, y eso que no es un actor santo de mi devoción. Sin embargo, aquí es el que evoluciona tan favorablemente que termina por enamorar.
A mí me gusto. No lloré casi (qué raro). Al final, la moraleja son una serie de tópicos algo manidos, pero que es necesario recordar de vez en cuando: ilusión, amor, tolerancia.

Y chicos, si al final de la película, os sentís identificados con los artistas del circo, recordad que hay que luchar, y que nadie os hunda, porque todos valemos mucho, lo llevamos dentro. Hay que ser feliz.

lunes, 15 de enero de 2018

¿Qué visto estos meses? Noviembre y diciembre

¡Hola de nuevo! Toca actualizar el blog y voy a hacer un repaso de lo que vi los dos últimos meses del año pasado… Noviembre y diciembre. Han sido dos meses en los que he terminado unas cuantas series que tenía empezadas, y casi todo lo que he visto me ha gustado mucho… así que ¡manos a la obra!
Dos series que seguía en la televisión terminaron en estos meses. La primera fue El Ministerio del Tiempo, y parece que esta se despide para siempre, lo cual me da mucha pena. Creo que esta producción es de lo mejorcito que tenía la televisión en España, nos enseñaba historia de una manera amena, y hacía cierta crítica política y social, algo muy necesario (y muy ausente) en la cadena pública. Además lo hacía todo de una manera muy inocente, unas historias sencillas, pero que cumplían su cometido de entretener. A mí, sinceramente, me da mucha rabia que la retiren, la voy a echar de menos.
El Ministerio del Tiempo


La otra es La casa de papel. Nos narra la historia de un atraco, en el que, sin duda, queremos que ganen los atracadores, incluso nos llegamos a identificar con alguno de ellos (el personaje de Paco Tous es adorable). Mantenía la tensión en la trama, la intriga. La parte técnica era muy buena. La historia a veces pecaba de previsible, pero también complacía. Los actores hicieron un buen trabajo, algunos roles eran sencillamente maravillosos (Berlín daba mucho miedito a veces, y era despreciable casi siempre). El final, a mi novio, por ejemplo, no le gustó. A mí sí, qué le vamos a hacer, yo soy una romántica. Yo la recomiendo a todos aquellos que dicen que las series españolas son malas. Hay que darles una oportunidad, aquí hacemos grandes trabajos también.
La casa de papel

Acabé también How I met your mother. Y qué os voy a decir. Es la típica producción que va perdiendo fuelle conforme avanza la trama, se va perdiendo la esencia, hasta que los guionistas decidieron matarla del todo con ese horrible final, el que parecía querer complacer a la audiencia y que yo odié a muerte. Qué le vamos a hacer. Las primeras temporadas son geniales. Me encanta la manera en que se construye la relación entre los amigos, las anécdotas, las típicas cosas que se tienen entre colegas, esa forma de conocerse tanto y de una manera tan especial. Me encantó la pareja de Marshall y Lily, tan auténtica, tan imperfecta como perfecta. No puedo negar que me reí con Barney, pero es un personaje que hace poco favor a la hora de enseñar a los hombres cómo tratar a una mujer.
How I met your mother
También finalicé The Big Bang Theory, bueno, hasta la décima temporada. La undécima aún no me la han puesto en la HBO, y sé que la están retransmitiendo en Neox, pero no sé ni día ni hora, así que esperaré. Estos sí que no me cansan. Me río a carcajadas con ellos, y cuando decidan no renovarla, la risa se convertirá en llanto… Además de por el humor, me gusta por los personajes, más allá de Sheldon y Penny, todos tienen unos rasgos específicos muy identificativos, que los hacen únicos Por ejemplo, yo soy muy fan de Bernadette.
The Big Bang Theory

Y ahora viene la joya de la corona. Esa serie que ha entrado en el top ten de las mejores series que he visto en mi vida. Si no la habéis visto ya no sé a qué estáis esperando. Hablo de Sons of Anarchy. Es genial. Las tres primeras temporadas me parecen maravillosas, perfectas. La cuarta y la quinta se mantienen, aunque las cosas comienzan a liarse un poco. En la sexta y la séptima todo se va de madre, pero sigue siendo buena. Nos narran la historia de un grupo de moteros-delincuentes, y de como Jax, el protagonista, intenta cambiar las cosas cuando su hijo nace, porque se da cuenta de que vivir al margen de la ley no es muy compatible con mantener a salvo a su familia. Las tres primeras me gustaron tanto por la camaradería existente entre los miembros del grupo, esa forma de apoyarse, de protegerse entre ellos. Una gran familia. Luego todo se va perdiendo. Algunos personajes se desvirtúan y toman caminos extraños.
***SPOILER*** Los que la habéis visto, ¿qué me decís de Juice? Uno de mis favoritos al principio y después… (He de decir que paga por sus errores con creces) O Tara en la sexta temporada, lo que hace es demasiado agresivo. Por no hablar de Gemma… Sin embargo, de Clay no me sorprendía nada, ¡lo odié!***FIN DEL SPOILER***.
Hay acción, violencia, pero también amor y amistad. Igual que En la casa de papel, te pones del lado de los delincuentes, no quieren que los pillen. Y a mí me gustó el final. Era como tenía que acabar, después de todo lo ocurrido, no había otra salida. En serio, si no la habéis visto, hacedlo.
Sons of Anarchy

Y ahora las pelis. Chicago. Me sorprendió muchísimo. No sabía de qué iba, y cuando comenzó me quedé flipando. Además, y os he contado que me encantan los musicales. Lo mejor de este largometraje fue verlo sin tener nada en mente. Y la música, estupenda.
Chicago
Y, por último, Palmeras en la nieve. Seré breve. Si el libro no me gustó en exceso, el filme no me gustó nada. Eso sí, me hizo llorar (qué raro). Es lenta, y la trama no queda muy bien contada. No sé. No me convenció.
Palmeras en la nieve

Y hasta aquí todo lo que he visto estos meses. Ya he terminado la tercera de Stranger Things, pero en enero, así que nos queda para la próxima reseña de televisión. Ahora estoy con la tercera de Gotham.

Nos vemos en quince días. ¡Sed buenos y ved Sons of Anarchy! Tenéis que formar parte de la Reaper Crew.
Recomendación estrella

martes, 2 de enero de 2018

Antología de Mariano José de Larra

¡Feliz Año Nuevo! Pensaba hacer una reseña sobre los propósitos para el 2018, aprovechando que acabamos de entrar en él, pero me he percatado de que tengo unas cuantas entradas pendientes, y teniendo en cuenta que sólo puedo hacer dos actualizaciones mensuales, mejor ir publicándolas. Además, ¡qué mejor manera que empezar el año que hablando de libros!
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Título: Antología
Portada de la Antología de Larra
Autor: Mariano J. de Larra
Editorial: Editora Nacional
Año: 1977
Páginas: 320
Género: periodismo, costumbrismo

Sinopsis:
Hay tradición de los inquisidores Suárez de Deza y Torquemada, de los Fernandos VII y Calomardes que en la historia son y han sido, de la persecución de intelectuales y exilio de los mismos, del cierre de Universidades, censuras y expedientes académicos, de los fusilados en las tapias de los cementerios.
Y está la otra tradición. La de los irmandiños agermanados y comuneros, la de los heterodoxos denunciados por Menéndez Pelayo, la de los Riego y Porlier, Pi y Margall y Salmerón, Pablo Iglesias y José Díaz, de Fermín Galán, la de muchos de los intelectuales y políticos de la segunda República.
En esta tradición se sitúa Larra. En esta tradición se sitúan hoy una buena parte de las nuevas generaciones de las fuerzas del trabajo y de la cultura. No, no es difícil reconocer en el ayer denunciado por “Fígaro” el rostro de los “agnósticos” y “ultramontanos” de hoy.
El prólogo y selección de textos de la Antología de Larra que presentamos es obra de Armando López Salinas, finalista del premio “Nadal”, premio “Ruedo Ibérico” autor de Año tras año, La mina, Viaje al país gallego, Caminando por las Hurdes, Por el río abajo, etc.

Mi opinión:
Este texto del que os voy a hablar es una recopilación de artículos que Larra escribió para diversos periódicos en los que trabajó a lo largo de su (corta) vida (se suicidó muy joven). He de advertiros de que tal vez sea un libro un poco pesado de leer de golpe, pero para ir escogiendo artículos de vez en cuando está muy bien.
Larra describe la situación política, económica y social que atraviesa España. Le tocó vivir un momento complicado, que le hizo desilusionarse ante la hipocresía a la que tenía que enfrentarse día tras día.
Lo más curioso es que, siendo que Larra desarrolló su labor durante el siglo XIX, muchas de sus palabras se pueden aplicar a la España de hoy en día. Por ejemplo el artículo de En este país, donde Larra expone como nosotros, los españoles, criticamos a nuestro país por todo y no intentamos solucionar nada, simplemente nos quejamos. Sin embargo, cuando los extranjeros hablan más de nosotros, nos duele y nos rebelamos. No hemos cambiado tanto.
Hay que destacar el carácter irónico y sarcástico de que el autor hace gala en sus artículos. Esto te hace esbozar una sonrisa amarga a veces, y asientes con complicidad, pensando “y que lo digas, ahora sucede exactamente lo mismo”.  Llama muchísimo la atención la inmensa cultura y la increíble capacidad de crítica que demuestra el autor, sobre todo teniendo en cuenta que no llegó a los treinta. Muchos de nosotros no seríamos capaces de realizar un análisis así ni en un millón de años.
La parte mala es que, en algún artículo, Larra se enreda con nombres y datos históricos, lo que detiene mucho el ritmo de la narración, y, en ciertas ocasiones, llega a aburrir. Sobre todo si os pasa como a mí y la historia no es vuestra materia favorita. En algunos escritos me daba cuenta de que estaba leyendo sin enterarme de nada…
Sin embargo, a todos aquellos que os guste la historia os lo recomiendo, pues ofrece una visión muy crítica de esta época. A los que no os interese demasiado, algunos de los artículos son amenos, nos ofrecen una pintura de esos años y, además, nos permiten entender la personalidad de Larra, siempre marcada por el inconformismo y, de alguna manera, la desesperación de ver cómo su país se hundía por la ineptitud de los políticos y la hipocresía. Este sufrimiento, el desasosiego (muy patente en el artículo Día de los difuntos de 1836 “Fígaro” en el cementerio)  junto con el mal de amores, le llevó a perder la esperanza y a acabar con su vida tan joven.
Resumiendo, os recomiendo leer poco a poco los artículos, no todos de golpe, pero sí de vez en cuando, así no os cansaréis.
Espero que hayáis empezado bien el año y que el 2018 os traiga todo aquello que le hayáis pedido. Yo no soy de pedir deseos ni cosas de esas, soy de las que confía en las capacidades de cada uno más que en los “milagros”, así que seguiré trabajando en mis proyectos hasta terminarlos, con toda la ilusión que me quepa en el cuerpo y toda la fuerza que tenga en la mente. Nos veremos por aquí, pues yo aquí sigo, y aquí os espero. Gracias.

Citas:
“Todos tenemos miedo: los cobardes a todo; los valientes a parecer cobardes”.
“¿No renuncias a tus derechos en el acto de no reclamarlos? ¿No lo autorizas todo sufriéndolo todo?”
“Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos.

¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! ‘¡Aquí yace la esperanza!’.”